Andaveris: Comencé en el fútbol hace 26 años comiendo pan con refresco

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Uno de los íconos del balompié boliviano es el delantero Augusto Andaveris, de 41 años, quien en 1995 dejó su querida Chicaloma, Yungas de La Paz, para plasmar su sueño como futbolista. Con muchas limitaciones económicas, y apelando al apoyo de los familiares, comenzó en las inferiores del club Municipal.

Andaveris: Comencé en el fútbol hace 26 años comiendo pan con refresco

La mensualidad que le daban sus papás, generalmente se terminaba en los pasajes para asistir a las prácticas y en varias ocasiones se quedó con lo justo para comer pan con refresco.

Ese sacrificio y la constancia le permitieron ascender, rápidamente, hasta la primera del plantel Edil que logró el ascenso a la Liga, al frente del entrenador Húber Acosta.

Andaveris también defendió los colores de la Selección Nacional en la Copa América y las Eliminatorias. Además, jugó en los clubes del exterior como: KF Tirana en Albania (2005-2006) y en el Inter Baku (2008-2009) en Azerbaiyán.

OPINIÓN buscó conocer un poco más sobre el jugador, quien a sus 41 años sigue vigente en el balompié nacional y espera retirarse conquistando un título con Ciclón de Tarija en el torneo local y la Copa Simón Bolívar.

P: ¿Cuál es la receta para seguir vigente en el fútbol?

R: Sin duda que es producto del esfuerzo y la dedicación. Soy un creyente de Dios, cada mañana él me renueva las fuerzas para poder entrenar, correr y hacer lo que más me gusta.

Cuando estoy de vacaciones me doy el tiempo necesario para correr o hacer trabajos que me mantienen bien físicamente. Creo que sigo activo en el fútbol debido a la perseverancia.

Generalmente, los clubes ya no consideran a los futbolistas a partir de los 35 años para adelante, porque supuestamente ya no pueden rendir como uno más joven.

Dejaré el fútbol cuando Dios lo disponga, pero mientras tenga salud y las fuerzas seguiré jugando y estaré en las canchas haciendo lo que más me gusta.

A los 41 años, aún me siento muy bien y con ganas de seguir aportando. El año pasado jugué en Sur Car de Oruro y en las pruebas físicas dejé atrás a varios futbolistas jóvenes.

P: ¿No necesita de una pretemporada?

R: No espero que comience una pretemporada o que el entrenador exija realizar las prácticas, nace de uno mismo porque estás haciendo lo que te gusta y, de esa manera, estás listo para lo que te toque enfrentar.

A la edad que tengo, me llena de satisfacción que los clubes me llamen para jugar y eso quiere decir que estamos haciendo bien las cosas.

P: ¿Logró ascender con Always Ready en 2018?

R: Sí. Me tocó defender los colores del plantel Millonario y la meta con el club Ciclón es lograr el título en la Asociación Tarijeña, ser campeón de la Copa Simón Bolívar y lograr el ascenso a la Primera División.

P: ¿Lo más duro fue sufrir esa fractura de tibia en 2019?

R: Sí. Fue muy duro tener una lesión de esa magnitud al final de mi carrera. Eso me costó alejarme de las canchas por más de seis meses, pero siempre soñé con colgar los cachos jugando y ojalá Dios me permita cumplir ese deseo.

P: ¿Tiene planificado algo para cuando deje el fútbol?

R: Yo quiero seguir en este rubro (fútbol). Este deporte corre por mis venas desde que soy muy pequeño y espero hacer algo por los niños de mi pueblo y en los Yungas.

P: ¿Le gustaría ser director técnico?

R: Sí, también. Creo que es parte del fútbol y no es una mala opción. En Bolivia se habla mucho de recambio, pero no se están formando adecuadamente a los jugadores en las escuelas de fútbol. Considero que en los Yungas hay mucho y buen material humano.

P: Son varios yungueños que brillaron y juegan actualmente…

R: Sí. Salieron de esta tierra jugadores como Ramiro Castillo, Iván Castillo, Demetrio Angola y Rómulo Alaca, que son de la generación de los 90. Siguen jugando los más jóvenes como Jenry Alaca, Ramiro Ballivián y Jaime Arrascaita, entre otros.

Todos salieron de los Yungas con mérito propio y lanzándose en una aventura para cumplir sus sueños.

P: ¿Cómo comenzó usted en el fútbol?

R: Mis primeros pasos fueron duros, comía pan con refresco para aguantar el hambre.

En ese entonces había días que no alcanzaba el dinero que me enviaban mis papás. Yo vivía en un cuartito en la casa de una tía, pero ella salía todos los días para hacer sus actividades.

Para llegar en hora a los entrenamientos gastaba el poco dinero en los pasajes y me quedaba con lo justo para el pan.

Esas veces no me parecía complicado estar así, con tener la barriga llena para ir a entrenar, estaba contento.

La vida en la ciudad es muy diferente a un pueblo, en los Yungas puedes comer plátano, palta, manga, naranja, mandarina y no pagas ni un peso, pero en la ciudad sí o sí tienes que comprar.

P: ¿Quién fue el técnico que le dio esa oportunidad?

R: Fue Manuel Blanco. Yo acompañé a mi primo para dejar algunos documentos y él (Blanco) me invitó a las prácticas. Luego de la sesión, el profe me pidió mis documentos para que me habilite en la Sub 15, pero terminé jugando en la Sub 19, en el torneo de la Asociación Paceña.

Posteriormente, el profesor Húber Acosta fue quien me subió a la primera para jugar como lateral y logramos el ascenso a la Liga con Municipal.

Luego de dos años (1998), el Profesor Jorge Habegger me pidió incorporarme a Bolívar y de ahí comencé mi carrera deportiva.

Andaveris jugó en los clubes de Bolívar (1998-2000), Iberoamericana (2001), Wilstermann (2002), San José (2003), Oriente (2004), Bolívar (2005), La Paz FC (2006-2008), Real Potosí (2010-2011), Aurora (2011-2012), Wilster (2012-2015), San José (2015-2016), Blooming (2016), Real Potosí (2017), Always Ready (2018-2019), Sur Car (2020) y Ciclón (2021).

Fuente(s):
Opinion
Jorge Wilstermann