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Se aprende cada día si prestamos atención.
Hace algunos años, el colega Ronald Tapia me facilitó la clave para entrar al correo del Círculo de Periodistas deportivos de Cochabamba y por ende ser parte del perfil o página de la Institución.
Desde entonces, fui publicando cuando puedo y siempre leí en el encabezado “Publicado por José Moisés Revollo”, pero lo que no sabía es que solo leen mi nombre los otros administradores, que son varios, más no miembros o amigos, que no están registrados como tales.
Anoche, viendo la publicación de Ovación, sobre los fallos contra Fernando Saucedo y Álvaro Peña de Wilstermann, me permití postear en la página haciendo un comentario sobre la preocupación que existe de los arbitrajes y la susceptibilidad de que Strongest pueda manipular los fallos desde el ejecutivo de la Federación de Fútbol, provocando algún desacuerdo entre simpatizantes de otros equipos del interior o contrarios a Wilstermann.
Ahora sabiendo que no aparece mi nombre, como responsable de ese comentario en el post del programa Ovación, borrado por Edwin Guzmán, ratifico con mi nombre y apellido, que se nota una confabulación contra Wilstermann que demostró en cancha, ser el mejor del torneo apertura.
Más allá de regionalistas o simpatizantes de un representativo cochabambino, los que oficiamos de periodistas, estamos en la obligación de decir la verdad y la verdad es que el arbitraje no es confiable, tampoco el tribunal de justicia deportiva.
Como cualquiera puede ejercer el trabajo de periodista, con título o sin él, como es mi caso, respeto opiniones, pero también seguiré usando mi derecho a expresar mi opinión.
Por ejemplo, creo que el estadio de Sacaba no reúne las condiciones para un partido de semifinal, donde se juegan muchos intereses, no solo deportivo sino económicos, aparte de la inseguridad para aficionados y jugadores de ambos contendientes.
Creo mi obligación moral hacer conocer mi opinión, sobre éste y otros puntos. Otra cosa es lo que decidan los que manejan, mal o bien, a sus equipos e instituciones.
Dije también, que un cochabambino debería tener el honor de encender el pebetero de los Juegos Suramericanos, candidatos varios, pero el Comité Olímpico Boliviano demora esta importante decisión.