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Jorge Wilstermann ya piensa en sus refuerzos para el reinicio del torneo boliviano y la Copa Libertadores de América. Y en su búsqueda de futbolistas cerró la contratación de un argentino a quien en algún momento en Independiente le colgaron el pesado cartel de ser el «heredero de Bochini»: Patricio Rodríguez firmó contrato por dos años con el conjunto boliviano.
Patito, que en mayo cumplió 30 años, debutó en el Rojo a los 17 y muchos pensaron que sería el sucesor del Kun Agüero, quien se había ido del club un año y medio antes. El club lo tasó en 10 millones de euros y a pesar de que nunca terminó de mostrar todo lo que prometía, en 2012 fue transferido a Santos para ser compañero de Neymar, con quien se entendió muy bien en el vestuario desde su llegada.
Sin embargo, la química no se trasladó al campo de juego y Rodríguez tampoco logró explotar su potencial en Brasil. Entonces, su carrera se transformó en la de un trotamundos de la pelota: Santos lo cedió a préstamo Estudiantes y a Johor de Malasia y a mediados de 2016 lo vendió definitivamente a AEK Atenas. Pero en Grecia duró sólo un año y medio y se fue a Newcastle Jets, de Australia, donde sólo permaneció un semestre: a mediados de 2018 se incorporó a Moireirense, de Portugal, donde jugó 13 partidos antes de su llegada a Wilstermann.
El atacante llega al Aviador para ocupar la plaza de extranjeros que había dejado vacante Marco Torsiglieri, quien el mes pasado rescindió su contrato para regresar a Argentina por la pandemia de coronavirus. En Bolivia, Pato se encontrará con otro hombre con mucha historia en el club de Avellaneda: el entrenador de Wilstermann es Cristian Díaz, quien recientemente renovó su vínculo por dos temporadas tras haber sido campeón el año pasado.
Sin embargo, todavía no podrán verse las caras: por el momento, las autoridades bolivianas no dieron el visto bueno para el regreso a los entrenamientos de los planteles.