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“Lo que más importa para mí es que Wilstermann ascienda a la Liga, ya sea directa o indirectamente”, dijo Edgar Olivares, exintegrante e hincha del club “aviador”, que por azares del destino deberá defender este domingo la casaca del equipo rival, Petrolero, ante su explantel, en la primera fecha del cuadrangular final del Nacional B.
“Cucharón” Olivares asegura que vive un momento difícil en su vida, debido a que como wilstermanista le hubiera encantado jugar en el equipo de sus amores y aportar para que retorne a la primera división; sin embargo, ahora tiene que defender otra casaca, nada más y nada menos que la del cuadro yacuibeño, asegurando que actuará con el profesionalismo que lo caracteriza a fin de conseguir el triunfo con el cuadro que lo cobija en la actualidad, como todo jugador profesional.
“Es muy difícil para mí, porque soy wilstermanista y siempre he querido jugar en el equipo de mis amores, pero la dirigencia no quiso, eso me duele bastante. Tengo un sentimiento que no puedo describir, porque como hincha quiero que ascienda Wilstermann, pero como jugador profesional me toca defender la casaca de Petrolero, y voy a tener que entrar al partido a ganar, porque no puedo entrar a perder”, aseguró Olivares, en un contacto telefónico con el #1.
El “cucharón” estuvo en el equipo que en 2010 descendió de categoría a Wilstermann, y aunque pretendía permanecer en el club en 2011, diferencias económicas con la dirigencia del club “aviador” hizo que buscara otro rumbo, alistándose al vestuario de Universitario de Sucre, equipo con el que firmó hasta diciembre del año pasado.
Olivares pretendía retornar este año a Wilstermann para colaborar en el ascenso de categoría; pero debido a que el jugador reclamó el pago de una deuda, la relación con los dirigentes se hizo áspera y derivó en demanda que aún está en los tribunales deportivos.
“Los dirigentes dicen que yo no quise jugar, eso no es verdad. Lo que pasó es que dije que no me habían pagado no sólo a mí, sino también a varios compañeros, por eso dicen que los he difamado, me pidieron que pida disculpas públicamente para que pueda jugar en Wilstermann, les dije que sí iba a pedir disculpas; pero, ellos tenían otros planes. No estoy jugando en Wilstermann, porque ellos no han querido”, dijo Olivares. “Me duele mucho que gente ajena no me deje entrar a mi casa, porque Wilstermann para mi es como mi casa”.