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No es más parte de Wilstermann. No lleva ya la camiseta del Rojo, aunque en su piel quede el escudo. Ahora, ya lejos de la institución que supo defender desde enero de 2016, Cristian el Pochi Chávez hizo un balance sobre sus últimos momentos en el club y concluyó que la dirigencia le hizo la vida imposible, que su único deseo era retirarse en el gramado del estadio Félix Capriles con el aliento de los hinchas.
«La sensación después de irme de Wilstermann fue muy triste. No era la manera de irme, pero así se dieron las cosas. La dirigencia esta me trató muy mal desde que llegué. Después, me tuvo a mal traer casi cuatro meses. Me hacia la vida imposible. Yo estuve callado», se desahogó el argentino, en nota con Álex Pirata Cabo.
Allí, en lo que fue una confesión sentida, también se mostró convencido de que cuenta con el cariño de los simpatizantes de Wilstermann. Fueron cinco años de glorias, de goles y más».
Por ello, su deseo, ese que no pudo ser cumplido, era jugar al menos cinco minutos con la camiseta del Hércules y retirarse, tal como lo anunció hace unos meses, cuando bajo la dirigencia de Grover Vargas había manifestado su anhelo de colgar los botines siendo jugador del Rojo.
«Lo único que quería era jugar cinco minutos y retirarme con la gente de Wilstermann porque fueron cinco años donde gane cosas, donde soy muy querido. Di todo, la verdad di todo. Todo lo que tenia lo di por el club, pero la dirigencia optó por no dejarme jugar, por no pagarme. Todo mal. No era la manera en que me quería despedir, pero se dio así».
Los últimos meses, ya bajo la presidencia de Gary Soria, los sinsabores para el Pochi se pronunciaron. No solo no pudo hilar una continuidad de juego, sino que también quedó en evidencia la mala relación entre él y la dirigencia actual.
Incluso, un informe médico lo desahució futbolísticamente.