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Su presente es otro. Ya no entrena a diario con la indumentaria característica de Wilstermann, tampoco escucha ya la ovación desde las tribunas, coreando su apodo. Cristian el Pochi Chávez vive su día a día lejos del Rojo.

No obstante, quedó pendiente la despedida, aquella que daría cierre a su carrera deportiva. Lo dijo en más de una ocasión: el deseo del argentino era colgar los botines con la camiseta de Wilster. Sin embargo, aquello no pudo darse, al menos, de momento.
Una serie de eventos hizo que la salida de Chávez de Wilstermann no se diera en los mejores términos. Se fue del club en la gestión de Gary Soria y con un informe médico que desahució su carrera profesional. Pese a ello, entonces Pochi insistía en jugar.
Ahora, cuando transcurrieron ya varios meses de aquel momento, la nueva dirigencia, comandada por el doctor Omar Mustafá, ha compartido su deseo de realizar la despedida que quedó pendiente. Enterado de ello, el argentino con pasado en Boca Juniors se mostró dispuesto a asistir, aunque recordó que no contó con el «aguante» de parte de la hinchada, en especial, los Gurkas.
En nota con Dosis de Fútbol, dijo lo siguiente: «Todavía no me dijeron nada (de la despedida en Wilster), sí, me gustaría. Era en su momento, pero, bueno, entró esa dirigencia (la de Gary), que hizo todo lo posible para sacarme por la puerta de atrás».
Continuó: «En ese momento me fui un poco triste porque, por ahí, la gente no me bancaba mucho, no me bancó en ese momento, en especial la barra (los Gurkas). La barra siempre hablaba conmigo y después no me mandó ni un mensaje. Se dejó creer por el presidente, no lo quiero ni nombrar. Yo fui tranquilo, no hablé demasiado. Con el silencio dije muchas cosas. Hoy no me llamó nadie, así es que estoy muy tranquilo. Vamos a ver qué pasa».