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Gary Soria no contempla la posibilidad de dejar la presidencia de Wilstermann. Es más. Derribó toda chance de renunciar, pese a la crisis galopante que envuelve al club cochabambino.

La tarde de este jueves, Gary brindó una conferencia de prensa de carácter urgente con el objetivo de ratificar su decisión de iniciar acciones legales en contra de los grupos que «dañaron y mellaron» la institución. Esto, luego del tapiado de la sede, el colocado de afiches con advertencias e insultos fuertes y el bloqueo del ingreso al complejo de la laguna Alalay como repudio a la directiva.
«Estamos fuertes. En ningún momento pasó por ml mente renunciar. Estamos con Dios, Dios es nuestra fortaleza y sabiduría. Creemos que esta guerra sucia que hoy en día hay, va a terminar pronto. Vamos a sacar adelante al club. En lo que nos toque ayudar, lo haremos. También necesitamos de la ayuda de todos para sacar adelante a nuestro club, y que nos dejen trabajar», pidió.
Soria calificó lo sucedido estos días, con el tapiado y el bloqueo en el complejo, como actos delincuenciales que lejos están de haber sido perpetrados por hinchas.
«Muy tristes, preocupados por lo que está pasando. Lo que están haciendo es algo delincuencial. Estos actos no son de la hinchada. Es de gente motivada por oscuras intenciones».
AMENAZAS A SU FAMILIA
Considera que los actos de repudio en contra de su directiva son una reacción al anuncio que hizo anteriormente, cuando confirmó que el 31 de este mes socializará la auditoría a la gestión de Grover Vargas.
«Anunciamos que el 31 de enero se entregará una auditoria. Ahora recibo amenazas de todo tipo, amenazas a mi familia, atentan contra los bienes del club. Estamos indignados por eso. Acá en el complejo hay niños, madres, están los jugadores que tenían que entrenar. Estos actos delincuenciales no podemos permitir. Vamos a tomar acciones legales sobre este tema».
También dio a conocer que ya habría identificado a quienes «atentaron» contra el patrimonio del club.