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Aún sin funcionar como en teoría debería hacerlo, aún con muy pocas llegadas claras y ordenadas sobre el área rival, y con algunas dudas en la conformación del equipo definitivo, el Wilstermann que dirige Mauricio Soria ganó su segundo partido “serio” de preparación rumbo a los duelos por el indirecto.
Lo hizo ayer en el Félix Capriles frente a Destroyers y por goleada, en un partido amistoso que venció 3-0 con goles de Rojas, López y Vargas.
Nuevamente los goles que le faltaron durante el torneo Nacional B aparecieron, aunque en algún caso por la complicidad del rival, más que por mérito propio; sin embargo, los goles están.
El 4-2-3-1 que plantea Soria tiene chispas de buen fútbol, pero aún no termina de arrancar; sin embargo, cuando lo hace consigue su propósito: dejar espacios para que el bloque de volantes y el único delantero queden libres y en situación de gol, a espaldas de la última línea del equipo rival. Y como alternativa plantea dos volantes de contención que no solo frenan las arremetidas, sino que -con buen pie- pretenden meter un pase profundo de gol o al menos de asistencia para convertir. O en último caso, ensayar disparos como una alternativa más para encontrar puerta rival.
Fue así que llegó la apertura “aviadora”. Rojas ensayó un potente disparo que venció la pobre resistencia del portero Coradín que regaló el 1-0 a los 11’. El resto del primer tiempo, salvo por dos tiros de esquina y una jugada previa al gol, fueron una fotocopia del Nacional B.
En la segunda parte, Rojas asistió a López -suplente- que definió de sombrerito, para el 2-0 a los 27’’. Liquidó poniendo el 3-0 Vargas, con asistencia de Ojeda, a los 37’.